Desde chiquita aprendí a escuchar música, pero no solo en un disco, sino en la vida.
La vida está llena de música, y esa música la creamos nosotros.
Alguna música nos gusta menos que otra, pero es música al fin y al cabo.
La música se crea de los momentos que pasamos, si son malos, la música es más triste; si son buenos, es vivaz vivaz, alegre, llena de vida. Pero hay veces que es al revés, los momentos se crean a partir de la música.
Creo que la música tiene ese poder 'mágico' transportarme y de cambiar el estado de ánimo en cuestión de segundos. Si estoy deprimida y escucho una canción alegre, aumenta mi autoestima; si estoy acelerada y escucho una canción tranquila, me relajo.
La música es una de las únicas cosas en la vida que me hace reír, llorar, gritar, soñar, viajar, volar, saltar, sonreír ponerme eufórica. Todo junto.
O mejor dicho, es la única.
Se puede tener todo en la vida, pero la música lo mejora todo. Sé que puedo tener muchísimas cosas, pero si no tengo música me falta algo.
La música me hizo ser la persona que soy hoy, y eso no lo cambio por nada.
La música es mi segundo yo.
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